Imagínese un datacenter integrado todo dentro de una misma caja.
Imagínese además que todos sus componentes sean controlados por un sistema de gestión integrado y que le permita ahorrar espacio y consumo de energía.
Imagínese que añadir un nuevo servidor a su infraestructura sea tan sencillo como colocar un libro en un estante.
Si se ha imaginado esta situación, se ha imaginado en la arquitectura Blade de servidores.